martes, 28 de junio de 2011

¿QUE CREE USTED ACERCA DE LA EVANGELIZACIÓN?

Pensé por un momento, cómo fue la vida de aquellos primeros pobladores que enfrentaron un clima diferente, dificultades para conseguir alimentos, desavenencias personales, pocas comodidades de vivienda y la dificultad más dificil: la lengua, barrera infranqueable para comunicarse con los aborígenes. Todo se combinó para que los indígenas se alejaran provocando una reacción violenta de los que llegaban que se sentían incomprendidos y a la vez necesitaban de aquellos seres que la Corona pedía fueran instruidos en la fe católica. Fue una amarga y difícil experiencia y una profunda crisis para los primeros pobladores de Las Antillas.
El vicario apostólico Fray Bernardo Boíl se desanimó y en carta a los Reyes Católicos, fechada el 2 de febrero de 1494 manifestó que su estancia era inútil. Los legos Tisin y de la Duela, regresaron en busca de refuerzos. Así que en septiembre de 1494, los Reyes aceptaron la renuncia del vicario por enfermedad; sólo quedó Fray Ramón Pané, hombre sencillo y de firmes convicciones que se esmeró en aprender la lengua de los indígenas y enseñó una catequesis simple, logrando las primeras conversiones a la fe católica.
Los Reyes insistían al Almirante en la necesidad de “atraer a los naturales de las nuevas tierras convirtiéndolos a la fe católica y considerándolos listos para recibir los sacramentos por los religiosos, de manera que Dios nuestro Señor sea servido”. Los Reyes sabían del malestar en La Española y las inquietudes de los Frailes, enviando con plenos poderes a Francisco de Bobadilla, acompañado del capellán Fray Alonso del Viso y a varios franciscanos encabezados por Fray Francisco Ruiz, íntimo auxiliar del Cardenal Cisneros, Arzobispo de Toledo de gran influencia ante la Reina Isabel La Católica. También cruzaron el mar Fray Juan de Transierra, Fray Rodrigo y Fray Juan de Robles.
Al enviar a Fray Francisco Ruiz y sus hermanos a Las Antillas, confirmaron la intención de hacer realidad los propósitos de ganar las almas de aquellos indígenas perdidos en aquel mundo lejano y cuya conversión era de transcendental importancia. Por las cartas de los recién llegados, se conocen los malestares físicos de Fray Francisco Ruiz, que regreso a Europa. Sus compañeros dedicaron su tiempo instruyendo y bautizando a los indígenas dispuestos y al regresar en octubre de 1.500 habían bautizado cerca de tres mil nativos. Estos religiosos redactaron un Memorial sobre su impresión del gobierno de la Colonia, insistiendo en la idea de continuar el proceso de las nuevas cristiandades, copia de los dioses es españolas.
Sobre el extremo interés de la Reina Isabel por la evangelización de los indios, basta leer su testamento. El breve texto que transcribimos a continuación pertenece al codicilo que la Reina Isabel la católica agregó a su testamento. El mismo fue dictado en el castillo de la Mota, en Medina del Campo, el 23 de noviembre de 1504. En el documento la soberana hace mención al tema americano, al parecer su conciencia estaba algo preocupada por los “agravios” que podrían haberse hecho, o hacerse en lo futuro a los indígenas; por ello, ruega a su esposo Fernando el católico, a su hija la princesa Juana y a su yerno el archiduque Felipe el hermoso que remedien toda posible injusticia y que recuerden que el principal fin por el que (según la reina) les han sido concedidos los territorios del Nuevo mundo
por cuanto al tiempo que nos fueron concedidas por la Santa Sede Apostólica las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, descubiertas y por descubrir, nuestra principal intención fue al tiempo que lo suplicamos al Papa Alejandro Sexto, de buena memoria, que nos hizo la dicha concesión, de procurar inducir y traer los pueblos de ellas y convertirlos a nuestra santa fe católica, y enviar a las dichas Islas y Tierra Firme, prelados y religiosos y otras personas doctas y temerosas de Dios, para instruir a los vecinos y moradores de ellas en la fe católica, y enseñarlos y doctrinarlos [en] las buenas costumbres, y poner en ello la diligencia debida, según más largamente en las letras de la dicha concesión se contiene; por ende suplico al Rey mi señor muy afectuosamente, y encargo y mando a la dicha Princesa mi hija y al dicho Príncipe su marido, que así lo hagan y cumplan y que este sea su principal fin, y en ello pongan mucha diligencia, y no consientan ni den lugar que los indios vecinos y moradores de las dichas indias y tierra firme, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio han recibido lo remedien y provean por manera que no se exceda en cosa alguna lo que por las letras apostólicas de la dicha concesión nos es infundido y mandado.
En 1511 se crea la primera diócesis latinoamericana en Santo Domingo, a las que seguirán Puerto Rico (1511), Concepción de la Vega (1512) y la Abadía de Jamaica (1515). En 1547, Santo Domingo sería elevada a Arquidiócesis, constituyéndose en cabecera de la Iglesia en el Caribe. En 1513, Vasco Núñez de Balboa logra introducirse por el istmo de Panamá y descubre el Océano Pacífico, al que denominó Mar del Sur. En el mismo año, se constituye en diócesis Panamá, que sería la primera diócesis erigida en tierra firme. Desde ese momento se convierte esa región algo así como en un centro de operaciones. De Castilla de Oro salen expediciones civilizadoras hacia la América Central y por el istmo de Panamá pasa la corriente cristiana hacia la América del Sur. Los mercedarios fueron los capellanes de muchas de estas arriesgadas expediciones y los primeros en construir conventos en Guatemala y otros puntos de América Central.
El vicario apostólico Fray Bernardo Boíl se desanimó y en carta a los Reyes Católicos, fechada el 2 de febrero de 1494 manifestó que su estancia era inútil. Los legos Tisin y de la Duela, regresaron en busca de refuerzos. Así que en septiembre de 1494, los Reyes aceptaron la renuncia del vicario por enfermedad; sólo quedó Fray Ramón Pané, hombre sencillo y de firmes convicciones que se esmeró en aprender la lengua de los indígenas y enseñó una catequesis simple, logrando las primeras conversiones a la fe católica.